Octavio Augusto sentará las bases de un nuevo sistema de gobierno, el Imperio. Sin embargo, los romanos no fueron conscientes, en un primer momento, de la aparición de un nuevo régimen: la pervivencia de las instituciones ya existentes y el miedo ancestral que sentían hacia la monarquía dieron lugar a la ilusoria creencia de que Roma seguía siendo republicana.

           El nuevo régimen político marcó la historia de Roma durante los cinco siglos que aún le quedaban de vida.  Lógicamente, el Imperio sufrió distintas transformaciones en estos quinientos años. La más importante fue la profunda crisis del siglo III d.C. Precisamente este período permite dividir el Imperio en dos grandes etapas:

           *El Alto Imperio o Principado (desde Augusto a Diocleciano -27 a.C. a 283 d.C.-). Recibe su nombre de Princeps (“primer ciudadano”), título adoptado por los emperadores de las primeras dinastías.

           *El Bajo Imperio o Dominado (a partir de Diocleciano -283 d.C.- hasta el 476 d.C.-). Recibe su nombre de Dominus (“amo, señor”, frente a los ciudadanos, súbditos).

1.      El nuevo régimen.

            Tras la batalla de Accio, en el 31 a.C., se abre un nuevo capítulo en la historia de Roma, aparentemente próspero y marcado por el restablecimiento de la paz y de la tranquilidad y por el intento de restaurar las viejas costumbres y virtudes de la Roma republicana.

            Octavio, hijo adoptivo de César y miembro del segundo triunvirato, se erige como vencedor de Accio y, a partir de ese momento, gobernará sin una oposición efectiva. Cónsul desde el 31 a.C., retiene este cargo, junto con otros poderes extraordinarios, durante varios años más.

           Su principal objetivo era poner orden en el caótico Estado romano. Primero desmoviliza las setenta legiones reclutadas hasta la fecha y adjudica tierras a los soldados ya licenciados. Después, intenta restaurar las formas de gobierno republicanas, anuladas por los acontecimientos de los últimos años.

           En el año 27 a.C. renuncia ante el Senado a la dictadura que, de hecho, estaba ejerciendo, y manifiesta su deseo de restaurar la República. De este modo, sólo acepta las siguientes funciones:

          -El cargo de cónsul, si bien compartido con un colega; asimismo, en calidad de personaje principal del Estado, seguirá ostentando el título de princeps senatus.

          -El control de las provincias más conflictivas (Galia, Hispania Citerior, Lusitania, Siria, Chipre, Cilicia, Dalmacia y Egipto) mediante un imperium maius, que le proporciona una autoridad superior a la de cualquier jefe militar.

          El Senado, agradecido por su “generosa” actitud, le confiere, con carácter vitalicio y hereditario, el título de Augusto. A finales de ese mismo año Octavio tiene ya en sus manos el poder político y militar.

 

           La situación se mantuvo así hasta el año 23 a.C., en que se produce una grave crisis en su gobierno, motivada por el descubrimiento de una conspiración contra su persona. A raíz de estos hechos, imprime a su régimen un carácter menos autoritario. Deja el consulado. En agradecimiento, el Senado le concede la potestad tribunicia con carácter vitalicio. Paradójicamente, con esta potestad, propia de los tribunos de la plebe, se refuerza aún más la autoridad de Augusto, ya que podía vetar las propuestas del Senado, las de los Comicios y las de otras magistraturas.

          Sólo el ámbito religioso escapaba al control de Augusto. Pero en el año 12 a.C. se le otorga el título de Pontifex Maximus, que le capacita para la dirección de los asuntos religiosos. Diez años más tarde, en reconocimiento a sus atenciones para con el pueblo, Roma le concede el apelativo de Pater Patriae.

          El emperador ostenta bajo su mando todas las facetas del Estado: jurídica, legislativa, religiosa, económica… Las bases del imperio ya están sentadas.

          La manifiesta prosperidad de los últimos años de su gobierno dio lugar a que este período recibiera el calificativo de Pax Augusta. La contribución de Augusto quedó patente en diversos aspectos:

          -Saneamiento de la economía mediante una reforma del sistema de impuestos.

          -Construcción de numerosos edificios: teatro de Marcelo, nuevo foro, Ara Pacis…

          -Apoyo al círculo literario que se encargaría de exaltar su obra política. Este círculo, formado en torno a Mecenas, reunió a escritores tan importantes como Virgilio y Horacio.

 

 

 

2.     El problema de la sucesión.

           Sin hijos varones, Octavio pone sus miras en diversos miembros de su familia. Pero la muerte inesperada de éstos (primero, de su yerno Agripa; después, de sus dos nietos) le hace adoptar a Tiberio, hijo de su esposa Livia.

           A la vinculación familiar que se establece desde este momento, se añade después la concesión a Tiberio de la potestad tribunicia y el imperium. En el año 13 a.C., uno antes de la muerte de Augusto, se le prorrogan estos poderes por diez años. El camino para la sucesión estaba ya preparado.

           Tras la muerte de Augusto, las futuras etapas del Imperio se van a definir por las distintas dinastías familiares que ostentarán el título de emperador:

           *Dinastía Julio-Claudia (14-68 d.C.).

           *Dinastía Flavia (69-96 d.C.).

           *Dinastía Antonina (96-192 d.C.).

           *Dinastía Severa (193-235 d.C.).

3.     Las dinastías.

3.1.  Los Julio-Claudios.

            Este período se caracterizó por la ausencia de innovaciones políticas, sociales o económicas importantes.

            *Tiberio (14-37):

            Desempeñó su tarea con eficacia. Con él se consolida la concentración de poderes en un solo hombre y el carácter hereditario del título de emperador. Así, nombra como sucesor a Calígula, el bisnieto de Augusto.

 

 

            *Calígula (37-41):

             Bisnieto de Augusto, se caracterizó por su arbitrariedad y sus gastos excesivos, que agotaron las arcas imperiales. Los soldados pretorianos, su guardia personal, lo asesinaron y proclamaron como sucesor a Claudio.

             *Claudio (41-54):

             Tío de Calígula, estuvo relegado políticamente a un segundo plano debido a los defectos físicos que padecía. Pero desempeñó el cargo con eficacia y prudencia: saneó la maltrecha economía, agilizó la administración del Estado con ayuda de libertos y llevó a cabo una expedición de conquista a Britania. Muere envenenado por su esposa Agripina, deseosa de ver a su hijo Nerón en el trono.

             *Nerón (54-68):

             Adoptado por Claudio, accedió al poder cuando sólo tenía 16 años de edad. Los primeros tiempos de su gobierno pueden calificarse positivamente, gracias a la beneficiosa influencia de Séneca, su tutor. Pero pronto se ponen de manifiesto las extravagancias de su carácter, como por ejemplo, su dedicación a las artes escénicas y a la música.

            Protagonizó la primera persecución de cristianos cuando les atribuyó el incendio de la ciudad de Roma en el año 64. Su política abusiva desencadenó una conspiración, que se saldó con la muerte de Séneca, Lucano, Petronio; también se produjeron revueltas en las provincias, gravadas con fuertes impuestos. Abandonado por todos, se suicida en el 68.

            *Durante los años 68 y 69 tiene lugar un período de crisis en el gobierno del Imperio. Tres generales, Galba, Otón y Vitelio, pretenden alcanzar el poder y se hacen proclamar emperadores.

             Sus mandatos llegan a su fin cuando Vespasiano, con el respaldo de las legiones de Oriente y el Danubio, es reconocido emperador por el Senado.

 

3.2.  Los Flavios.

            El gobierno de estos emperadores estará marcado por la recuperación económica del Imperio.

            *Vespasiano (69-79):

            Muestra una buena disposición hacia el Senado, al que incorpora senadores procedentes de las distintas provincias. Sin embargo, tendió a concentrar los poderes del Estado en su persona.

            *Tito (79-81):

             Hijo de Vespasiano, continúa reforzando las fronteras del Imperio, labor que había iniciado su padre. Sofoca la revuelta de Judea, que culmina con la destrucción de Jerusalén.

            *Domiciano (81-96):

            Hermano de Tito, buen administrador y mecenas de las artes, contó con el apoyo incondicional del ejército. Pero ejerció un gobierno autocrático y represivo, por lo que murió asesinado y sufrió damnatio memoriae (su nombre fue borrado de los monumentos públicos).

3.3.  Los Antoninos.

            Los emperadores de esta época no constituyen realmente una dinastía, ya que no hay entre ellos lazos de parentesco. La sucesión deja de ser dinástica y pasa a basarse en el sistema de adopción.

            Su gobierno se caracterizó por una gran estabilidad económica y política. Además, se alcanza un cierto grado de entendimiento entre el emperador y el Senado.

            *Nerva (96-98):

             Mostró una actitud conciliadora hacia el Senado. Para ganarse al ejército, soliviantado por la muerte de Domiciano, adopta como sucesor a Trajano, avezado militar de origen hispano.

             *Trajano (98-117):

             Su gobierno fue ejemplar; de ahí que recibiera el título de Optimus Princeps.

             Amplió las fronteras del Imperio romano con la conquista de la Dacia.

             Acometió importantes mejoras: reforma de las calzadas del Imperio, embellecimiento de la ciudad de Roma, etc.

              Por ser el primer emperador nacido fuera de Italia, dedicó especial atención a las provincias, si bien siguió manteniendo la supremacía de Italia.

              *Adriano (117-138):

              Sucesor de Trajano y también originario de Hispania, estuvo fuertemente impregnado de la cultura helénica.

              Intentó mantener un Imperio unido respetando, de modo equilibrado, la diversidad de las provincias que lo integraban.

              En el exterior, logró conservar la paz reinante recurriendo a la construcción de numerosas fortificaciones.

              En política interior, aumentó el entramado burocrático.

              *Antonino Pío (138-161):

              Se caracterizó por su respeto a las antiguas costumbres religiosas de Roma y el Lacio.

              Mantuvo una línea de actuación similar a la de su predecesor. En este momento, el Imperio llega a su máximo apogeo.

              Los dos últimos emperadores de esta dinastía carecerán de la formación militar necesaria y del conocimiento del Imperio que poseían sus predecesores. El Imperio avanza hacia una monarquía unificadora y centralizada.

              *Marco Aurelio (161-180):

               De origen hispano, tuvo que enfrentarse a una nueva crisis causada por varios conflictos: la amenaza persa, la invasión germánica, la sublevación del jefe del ejército de Oriente…

              *Cómodo (180-192):

               Dio al traste con el equilibrio que se había alcanzado con los anteriores gobernantes. Tirano cruel y enloquecido, delegó su poder en el prefecto del pretorio.

 

   3.4.  Los Severos.

               La época de los Severos (193-235), considerada como una “monarquía militar” por el apoyo que recibe del ejército, supone una etapa de transición entre el período de esplendor de los Antoninos y la gran crisis del siglo III.

               Con la muerte de Cómodo comienzan unos años de anarquía política: las legiones, desde distintos puntos del Imperio, aclaman a sus jefes militares como sucesores al trono.

               *Septimio Severo (193-211):

               Pone fin a la crisis política con que se inicia la época de los Severos. Lleva a cabo importantes campañas militares: victoria sobre los partos y extensión de las fronteras del Imperio hasta el Eúfrates.

              *Caracalla (211-217):

               Hijo y sucesor de Septimio Severo, continúa con la política belicista de su padre. Este hecho provoca una quiebra en las finanzas romanas, que experimentaron drásticas devaluaciones en años sucesivos.

               Su deseo de favorecer al ejército y de recaudar más impuestos le llevó a publicar, en el año 212, un edicto que concedía la ciudadanía romana a todos los hombres libres del Imperio.

               Es asesinado en el 217.

               *Macrino y Heliogábalo (217-222):

               Lo suceden en un período de cinco años, primero, Macrino y, después, Heliogábalo. El último de los miembros de esta dinastía, Alejandro Severo, accede al poder en el año 222.

               *Alejandro Severo (222-235):

               Se congració con el Senado. Sin embargo, estas buenas intenciones le acarrearon la muerte en el año 235 a manos del ejército, que se había sentido relegado a un segundo plano.

               A partir de este momento, la anarquía militar se apoderará del Imperio romano durante cincuenta años: es el inicio del declive.

 

  4.     La organización política durante el Imperio.

  4.1.  El Emperador.

  La práctica totalidad de los poderes recaerá en sus manos:

              -Poderes políticos: Ostenta el poder legislativo y judicial, interviene en la elección de magistrados y nombra a los funcionarios.

             -Poderes económicos: Acuña moneda y controla el tesoro imperial.

             -Poderes militares: Posee el mando supremo del ejército, ejerce plenos poderes en las provincias imperiales (las más conflictivas) y vigila las senatoriales (las más pacificadas).

             -Poderes religiosos: Como Pontifex Maximus, es el jefe de la religión nacional; y pertenece a todos los colegios sacerdotales.

 4.2.  Los nuevos órganos políticos.

             En torno a la figura del Emperador surgen distintos organismos que se van a encargar de regular la vida política del Imperio:

            *El Consejo imperial (consilium principis), consejo de asesores que suplantarán paulatinamente al Senado.

            *Oficinas imperiales, que centralizan toda la administración del Estado: correspondencia con las provincias, asuntos judiciales, gestión del tesoro…

            *Funcionarios imperiales:

            -Prefecto del pretorio (praefectus praetorius), jefe al mando de las cohortes pretorianas, la guardia personal del emperador. Su poder militar y civil fue tal que, en ocasiones, llegaron a actuar como vice-emperadores.

            -Prefecto de abastecimiento de la ciudad (praefectus annonae).

            -Prefecto de la brigada contra incendios (praefectus vigilum).

            -Prefecto de la ciudad (praefectus urbis), responsable del mantenimiento del orden.

 

4.3.  Los antiguos cargos políticos.

            Durante el Imperio pervivirá gran parte de los órganos de gobierno de la República. Pero su poder quedará bastante limitado al ser suplantada la mayoría de sus funciones por los nuevos cargos políticos y, sobre todo, por el propio emperador.

           El antiguo cursus honorum incorpora una nueva magistratura, el vigintivirato (compañía de magistrados menores responsables de acuñar moneda, de la limpieza de las calles de Roma, etc.). Por otra parte, el consulado se irá convirtiendo en un mero cargo honorífico.

           El Senado ve reducido su número de 900 a 600 miembros y pierde progresivamente el importante papel que desempeñaba en la República. De hecho, el emperador era quien elegía a los nuevos senadores. En la práctica, sus funciones quedan restringidas a la elección de magistrados (sustituyendo así a los antiguos comicios) y al control de las llamadas provincias senatoriales.

5.     Organización social durante el Alto Imperio o Principado.

           Básicamente, se mantiene la división en clases del período republicano. Persiste una clara distinción entre ciudadanos ricos (honestiores de los órdenes senatorial y ecuestre) y la gran masa de la población compuesta por los ciudadanos de escasos recursos (humiliores). En lo más bajo de la sociedad, están los libertos y esclavos, privados de la ciudadanía.

          Sin embargo, la sociedad del Imperio experimentó importantes modificaciones:

         *Ampliación del derecho de ciudadanía romana.

         Si ya a finales de la República se había concedido este derecho a gran parte de la población de Italia, el Edicto de Caracalla (212) otorga la ciudadanía romana a toda la población libre del Imperio.

         *Jerarquización de las funciones públicas.

         Ya con Augusto quedan perfectamente delimitados los ámbitos de influencia de los dos órdenes sociales existentes:

         -El orden senatorial (ordo senatorius), que incluía a los ciudadanos con un patrimonio superior al millón de sestercios, acaparaba las antiguas magistraturas de la República. Tras desempeñar el cargo de cuestores, pasaban a formar parte del Senado.

         -El orden ecuestre (ordo equester), formado por los ciudadanos con un patrimonio superior a los 400.000 sestercios, constituía la nobleza oficial. Sus miembros ostentaban los nuevos cargos imperiales. Con el tiempo, los caballeros disfrutaron de un poder superior al de los senadores.

         *Humanización en el trato a los esclavos.

          La influencia del cristianismo y de corrientes filosóficas como el estoicismo dieron lugar a una mejora en la calidad de vida de los esclavos.

          Emperadores como Adriano y Antonino Pío impusieron castigos a los amos que maltrataban a sus esclavos. Además, se produce un aumento notable en el número de manumisiones.

           6. Las provincias del Imperio.

           Para una mejor administración, Augusto divide Italia en once regiones que disfrutaban de una cierta autonomía y que, además, estaban exentas de pagar impuestos.

           Por otra parte, para poder ejercer un control efectivo sobre los vastos dominios de tan dilatado Imperio, Augusto lleva a cabo en el 27 a.C. una división de las provincias en dos categorías:

           *Provincias senatoriales.

           Provincias pacificadas y estables, cuya administración recaía en manos del Senado.

           Eran gobernadas por ex cónsules y ex pretores, si bien el emperador conservaba sobre ellas el derecho de vigilancia.

           Son provincias senatoriales las siguientes: Bética, Sicilia, Narbonense, Iliria, Macedonia, Acaya, Asia, Bitinia-Ponto, Creta-Cirenaica y África.

           *Provincias imperiales.

            Provincias que, por encontrarse en zonas aún no pacificadas o fronterizas, se veían a menudo envueltas en conflictos bélicos.

            Eran gobernadas por delegados del emperador y en ellas se acuartelaban las legiones imperiales.

            Son provincias imperiales Cerdeña-Córcega, Galia (dividida en Bélgica, Lugdunense y Aquitania), Tarraconense, Lusitania, Siria, Cilicia y Chipre.

            Egipto contaba con un estatuto especial, y era considerada propiedad exclusiva del emperador.

            La expansión territorial durante el Imperio alcanzó su grado máximo en el año 117 con el emperador Trajano.

            *Bajo el reinado de Augusto se incorporan al Imperio las provincias de Egipto (30 a.C.), Galacia (25 a.C.), Retia y Nórico (15 a.C.), Mesia y Panonia (9 d.C.).

            *Bajo la dinastía Julio-Claudia se produce la anexión de Capadocia (17 d.C.), Mauritania (subdividida en Tingitana y Cesariense en el año 42 d.C.), Britania (43 d.C.), Licia y Panfilia (43 d.C.), Tracia (46 d.C.).

            *Durante el período de los Flavios se lleva a cabo la consolidación de los territorios ya conquistados.

            *Bajo la dinastía de los Antoninos y, en particular, con Trajano, el Imperio alcanza su máxima extensión: la Dacia (107 d.C.) y Arabia (116 d.C.).

            *A partir de Adriano, los esfuerzos se centraron en asegurar el control de los territorios romanos. Una de las medidas adoptadas fue la fortificación de las fronteras (limes) ya existentes.