LA ÉPICA CLASICA: LA ENEIDA  DE VIRGILIO Y LA FARSALIA DE LUCANO

1.      Introducción.

1.1.  La poesía épica como género literario.

La épica es un género literario que narra en forma de poema las hazañas de los héroes que dan gloria a un pueblo. Esta poesía aparece en las literaturas más antiguas de todos los pueblos. Las narraciones pueden estar basadas en hechos reales o ficticios. En muchas ocasiones, existe un núcleo de realidad que está mezclado con otras acciones inventadas.

Este tipo de poesía solía ser cantada o recitada por unos profesionales (los aedos o los rapsodas en Grecia, los juglares en la Edad Media) que iban de pueblo en pueblo y reunían a las gentes en las plazas, donde recitaban sus poemas.

La poesía épica es de transmisión oral. En principio, no estaba escrita. Cuando un pueblo todavía no conoce la escritura, o ésta no se halla lo suficientemente extendida, desarrolla una literatura oral. Así sucedió con la épica, cuya composición y transmisión fue oral, de generación en generación.

La literatura occidental comienza precisamente con dos poemas épicos de la literatura griega: la Ilíada y la Odisea, atribuidos a Homero, que narran las hazañas de los héroes de la guerra de Troya y el regreso a su patria después de la guerra.

1.2 La épica romana.

Si bien la épica romana tiene un antecedente en los carmina convivalia, elogios a los grandes antepasados que se cantaban en los banquetes, es una poesía artística desde sus comienzos y, a diferencia de otras épicas, no tiene raigambre popular. Así pues, no es de transmisión oral: está escrita por poetas que adoptan los patrones del género y buscan la belleza artística.

Los primeros poemas épicos romanos son epopeyas nacionales que persiguen ensalzar el espíritu romano y desarrollar un sentimiento de patriotismo orgulloso, narrando de forma artística hechos históricos del pasado reciente. Por ello carece de personajes heroicos míticos de épocas pasadas.

El surgimiento de la poesía latina a imitación de la griega, a mediados del siglo III a.C., tuvo lugar a la par que una helenización muy amplia. De manera significativa, los romanos incorporaron primeramente a su cultura aquellos géneros de la literatura griega que desempeñaban una función destacada en la vida social, a saber, la tragedia, la comedia y la épica. El liberto griego Livio Andrónico, que puso en escena en Roma el año 240 a.C. la primera tragedia y la primera comedia en lengua latina, se convertiría asimismo en el fundador de la poesía épica latina gracias a su imitación de la Odisea de Homero.

El hecho de que, en los comienzos de la épica latina, hallemos la traducción de un poema épico griego no es casual, ya que la épica griega estaba representada fundamentalmente por la Ilíada y la Odisea. Estos dos poemas constituían el más importante factor cultural de la helenidad y su más decisivo elemento educativo. La intención de Livio Andrónico y de otros poetas de la época fue, sin duda alguna, crear para los romanos una epopeya nacional semejante. Así, la traducción de la Odisea hecha por Livio Andrónico y el poema épico Anales de Ennio, el gran sucesor de Andrónico, sirvieron largo tiempo como lectura escolar hasta la aparición de la Eneida de Virgilio, que los desplazó de ese puesto.

 

Para los romanos, el poema épico se convirtió en el medio de manifestación de la conciencia nacional, y con él el pueblo romano reaccionó ante los cambios decisivos en la política interior o exterior. Con todo, la épica latina también produjo creaciones apolíticas muy notables, que tienen por contenido fábulas mitológicas sin relación alguna con Roma, como es el caso de las Metamorfosis de Ovidio.

La gran poesía épica latina es decididamente más patriótica que la griega.

La poesía épica greco-romana se caracteriza por una serie de rasgos propios:

-Por encima de las acciones humanas, está siempre la acción divina.

-Los relatos épicos de combates se dividen en luchas individuales, en las que se exponen las gestas de un héroe, y combates en cadena, en los que se enlazan entre sí las peleas de varios guerreros destacados.

-Son características las exposiciones de datos a modo de catálogos que sirven para la enumeración de los pueblos unidos bajo un mismo estandarte militar, para indicaciones genealógicas o para enumerar y caracterizar a los enemigos muertos por el héroe.

            -Es típica la exposición de las escenas tales como los sacrificios rituales, el armamento de los guerreros, el señalamiento del amanecer y del anochecer, descripciones de bahías, prados idílicos y jardines, así como también de obras de arte.

            -Todas las epopeyas antiguas comienzan con un proemio, en el que, junto con una invocación a las Musas, se indica la temática de la obra.

            -Es muy frecuente el uso de comparaciones, que pueden servir, en el caso de las epopeyas homéricas, para insertar en el relato rasgos tomados del entorno del poeta o de la vida de la naturaleza y de los animales y, en el caso de las epopeyas romanas, para simbolizar las fuerzas espirituales o morales que determinan una acción.

            -La forma de versificación es el hexámetro dactílico.

            -Es habitual el uso de adjetivos, los llamados epítetos épicos (“el sagaz Ulises”, “el piadoso Eneas”) y de rebuscadas metáforas (“recinto de los dientes”, por boca; “hierro alado”, por flecha).

 

 

2.      Épica augustea.

En la época de Augusto, la poesía épica latina se acerca a su cumbre de perfección con la Eneida de Virgilio y las Metamorfosis de Ovidio. En la Eneida culmina la imitación de la epopeya de tipo homérico; con las Metamorfosis, Ovidio dio carta de naturaleza en la literatura latina a la poesía épica colectiva del helenismo.

2.1.  VIRGILIO: LA ENEIDA.

2.1.1.      Biografía.

P. Virgilio Marón nació en el lugar de Andes, cercano a Mantua (Galia Cisalpina), en 70 a.C., y murió en Brindis en 19 a.C., al regreso de su viaje a Grecia, en el que su crónica enfermedad (tuberculosis) sufrió una crisis mortal. Su actividad fundamental se sitúa, pues, en la segunda mitad del siglo I a.C. Su padre vivió en el campo de los productos de la tierra y como hombre libre. Los pastores y rebaños, el cultivo del campo, el cuidado de los árboles y la apicultura formaron parte de la infancia de Virgilio, y encontraron plasmación literaria en sus Bucólicas y Geórgicas. Pero su padre debía estar en posición bastante holgada para poder enviarlo a estudiar a Cremona, Milán, y, finalmente, a Roma. En esos años de estudiante, escribía también y frecuentaba los círculos literarios de Roma. Hacia 44-43 a.C., estaba de regreso en su tierra natal y empezaba a dar muestras de originalidad poética en el círculo culto de Asinio Polión, orador e historiador, que por aquel entonces era gobernador de la Galia Cisalpina por encargo de Antonio. El recién formado triunvirato a la muerte de César, entre Antonio, Octavio y Lépido, desembocó en el enfrentamiento entre Antonio y Octavio, que terminó con la victoria de éste en la batalla de Accio en el 31 a.C. Al ser expulsados los campesinos de la Galia Cisalpina de sus propiedades para ser repartidas éstas entre los veteranos de los ejércitos octavianos, Virgilio se vio privado de su hacienda paterna. El poeta Cornelio Galo le facilitó el acceso a Octavio. A partir de entonces, abandona su tierra definitivamente y se marcha a Roma para colaborar con Octavio.

2.1.2.      Producción literaria.

Virgilio trabajó en las Bucólicas durante trece años, del 42 al 39 a.C., en que publicó una “selección” (Eglogas), las nueve primeras. En siete años, del 36 al 29 a.C., compuso las Geórgicas, en cuatro cantos, un poema completo acerca del cultivo de la tierra. Luego, cada vez más ligado a Octavio y colaborando con su programa político, se entregó por entero a la poesía épica. Su Eneida le ocupó diez años, del 29 al 19 a.C., fecha de su muerte. Antes de darle los últimos retoques, quiso conocer Grecia. Pero su enfermedad se agravó al regresar. Así que, en los últimos momentos, mandó que quemaran la Eneida, que consideraba imperfecta. Augusto se opuso y, a la muerte del poeta, encargó su publicación a Vario Rufo, uno de los más queridos amigos de Virgilio.

Virgilio no publicó nada con anterioridad al año 42 a.C. Sólo después de su muerte se pudieron hallar algunos epigramas que se recogieron en el Catalepton (Pequeñeces) coleccionado póstumamente. Corresponden a la etapa inicial del poeta y muestran la supervivencia del espíritu catuliano, cortés, irónico, paródico. Algunos pertenecen a Virgilio, pero otros son apócrifos.

2.1.3.      La Eneida.

2.1.3.1. Temática.

Virgilio llega a la epopeya por el deseo de combinar la belleza griega y el espíritu nacional romano, de sumergirse en los tiempos homéricos y servir a la gloria de Augusto. La Eneida había de ser la definitiva epopeya nacional romana, que había de incluir la totalidad de la historia romana. Para ello, Virgilio puso la temática central de Eneas, mediante profecías e interpretaciones anticipadas, en relación directa y permanente con el futuro de Roma y su posterior grandeza. De este modo, pudo realizar también su propósito de glorificar a Augusto, que es ensalzado como consumador de la historia romana iniciada con la partida de Eneas de Troya envuelta en llamas y su establecimiento en Italia.

2.1.3.2. Estructura.

Con la Eneida, Virgilio retornó a la forma de la poesía épica de gran aliento, que había sido repudiada por los neotéricos. Pero se atuvo a la exigencia de total perfección formal de la obra formulada por éstos y a la idea de que dicha perfección sólo puede alcanzarse en obras de extensión limitada. Así, mientras que tanto la Ilíada como la Odisea abarcan 24 libros, la Eneida está compuesta sólo por 12, de los que los seis primeros constituyen una especie de Odisea seguida de otros seis libros que forman una especie de Ilíada.

La obra posee una estructura simétrica transparente. A la primera parte de los viajes sigue, en vía ascensional, la segunda o iliádica, como “obra de mayor peso”. Ambas partes están ensambladas estrechamente entre sí por el hecho de que la última fase de los viajes se adentra en los comienzos del libro 7. A su vez, las dos mitades de la obra están unidas por el tema, común a ambas, de la ira de Juno, que desencadena el argumento de ambas partes.

En la primera mitad de la obra, los libros 1 al 4, por una parte, y los libros 5 y 6, por otra, constituyen dos grupos claramente diferenciados entre sí. En el primer grupo, los dos libros extremos integran un contexto unitario de acción. En el libro 1, Eneas y sus compañeros llegan a Cartago, arrojados por una tempestad desencadenada por Juno. Allí son recibidos por la reina Dido, a quien, durante un banquete, Eneas cuenta sus aventuras (la destrucción de Troya y su viaje desde allí), recogidas en los libros 2 y 3.  En el libro 4 se narran los amores de Dido y Eneas y el suicidio de la reina al ser abandonada por el héroe, que retorna a su misión sagrada de fundar una nueva Troya (libros 5 y 6). Eneas llega a Italia y desciende a los infiernos (libro 6), donde el espíritu de su padre Anquises le muestra las almas de sus compañeros muertos durante el viaje, de Dido y de los héroes futuros de Roma.

Mientras que en la primera mitad de la obra los cuatro primeros libros son seguidos por la pareja temática integrada por los libros 5 y 6, en la segunda mitad precede inversamente la pareja 7 y 8 al cuarteto de los libros 9 al 12. En los libros 7 y 8 se describen el estallido de la guerra y los preparativos militares. Son éstos libros nacionales en medida singular: si en el 7 se presenta la antigua Italia con sus formas de vida política, sus costumbres religiosas y sus tribus, en el 8 se intercalan descripciones de lugares notables de la ciudad de Roma, y en el escudo que entrega a Eneas su madre Venus se encuentra reproducida toda la historia de la futura Roma. Finalmente, en los libros 9 al 12 se exponen las acciones bélicas que enfrentan a Eneas con los latinos.

2.1.3.3.Fuentes.

Virgilio fue un poeta erudito en grado sumo. Tenía amplio conocimiento de los poetas griegos (Homero, Hesíodo, Píndaro, los trágicos, Apolonio de Rodas) y de los latinos (Nevio, Ennio, Lucrecio, Catulo y los trágicos).

La leyenda del establecimiento del troyano Eneas en Italia se remontaba a Estesícoro (VII-VI a.C.), y la habían retomado a mediados del siglo III a.C. el historiador Timeo y el poeta Licofrón.

 Se sirvió:

-de Nevio y Ennio para la historia de Dido y Eneas, así como para otras tradiciones nacionales;

-de las Argonautika de Apolonio de Rodas, poeta helenista del siglo III a.C., sobre todo para la pintura de la pasión amorosa de Dido, caracterizada según el modelo de la Medea de las Argonautika;

-de Catón el Viejo, de Varrón y de los Anales de los pontífices para muchos detalles arqueológicos, geográficos e históricos;

-de los posibles carmina convivalia, cantos en honor a los grandes antepasados;

-de Hesíodo y de la epopeya helenística de los poetas alejandrinos para algunas leyendas accesorias;

-de los poemas homéricos, para la estructura general de la obra, multitud de episodios (tempestad, juegos, bajada a los infiernos, descripción del escudo, cerco del campo de batalla, etc.) y muchos elementos estilísticos (epítetos, fórmulas, comparaciones);

-del ciclo épico, autores menores en sí que completan el ciclo homérico y que son posteriores a Homero;

-de los trágicos;

-de una erudición vastísmima enciclopédica procedente de los alejandrinos, que contiene filosofía, astronomía, historia.

Virgilio es también “fuente de sí mismo” en el sentido de que sus obras anteriores están presentes en la Eneida.

Pese a la diversidad de las fuentes y modelos, todo resulta unido en un conjunto homogéneo.

Virgilio desarrolló los diferentes episodios con cierto capricho. Por ello, al lado de largos episodios perfectamente elaborados, encontramos ciertas partes desiguales; y, a lo largo de todo el poema, versos inacabados y un cierto número de contradicciones.

2.1.3.4. Forma.

La Eneida es un poema novelesco: novela de aventuras, de amor y de guerra. En ella se insertan verdaderas tragedias: la del amor pasional entre Eneas y Dido, la política matrimonial de Latino entre Eneas y Turno, etc. Este procedimiento no sólo da forma a las partes centrales del poema, sino que permite a Virgilio profundizar en la psicología.

El interés dramático de la obra se incrementa con su contenido histórico. Es histórica la descripción de la Italia primitiva, en la que empiezan a penetrar algunos elementos griegos y orientales, y la importancia que da al predominio del carácter itálico sobre las influencias civilizadoras. Además, ha evocado por anticipación los grandes hechos de la historia nacional. De esta manera, ha sabido ligar a Homero toda la evolución de Roma hasta su momento actual.

2.1.3.5. Personajes.

Virgilio profundiza en la psicología de los personajes. Sin embargo, no es un gran creador de almas: Eneas, agente de los destinos e imagen del estoicismo grecorromano, se muestra a menudo torpe y sin ardor. Los ancianos, Latino, Evandro, se muestran dignos, pero poco activos. Los jóvenes de apasionada existencia, abocados a una pronta muerte, como Turno o Palante, son más auténticos. La pasión femenina interesa especialmente a Virgilio, y la traza con rasgos precisos en el personaje de Dido. En cuanto a los dioses, los hace actuar a la  manera de Homero. Dominan Juno y Venus, diosas apasionadas.

A veces es subjetivo e introduce comentarios o reflexiones propias sobre las acciones de sus personajes. En algunas ocasiones, deja entrever la simpatía que siente por ciertos personajes, o la admiración hacia otros por su valor, pena por el sufrimiento que padecen, etc.

El personaje de Eneas ha sido a veces criticado por algunos autores por ser demasiado frío, demasiado atento a la voluntad de los dioses que le han encargado fundar la nueva Troya. Cede a sus sentimientos para ponerse al servicio de la historia. Es un héroe valeroso y piadoso. Pero, al mismo tiempo, es un héroe humano, que llora, se enamora, y en el que es constante la añoranza por un mundo remoto.

Dido es la reina de Cartago. En este sentido es una heroína épica. Al mismo tiempo, es una heroína elegíaca, porque se enamora de Eneas y éste, en un principio, le corresponde. Pero, después, los dioses le ordenan que prosiga su viaje y la abandona, por lo que Dido acaba suicidándose. Por este final trágico, que será considerado el origen mítico de la enemistad entre romanos y cartagineses, es también una heroína trágica. El libro IV nos narra estos amores y el suicidio. Por ello es el libro menos épico de la Eneida, y en él se describen con gran dramatismo los estados de ánimo de Dido.

Turno aparece noble y valeroso, pero se muestra violento, con escaso dominio de sí mismo.

2.1.3.6. Estilo.

La Eneida es una obra de extraordinaria perfección estilística, a pesar de que su autor quiso en su testamento que se destruyera.

Utiliza un lenguaje poético de extraordinaria elegancia. Introduce términos nuevos; adopta, también, algunos arcaísmos y helenismos, tanto de léxico como de morfología, todo ello sin que el equilibrio del conjunto sufra menoscabo.

En cuanto a la utilización de recursos estilísticos, Virgilio es sobrio en el empleo de metáforas, aliteración, anáfora, polisíndeton, anástrofe, etc.

2.1.3.7. Versificación.

           La Eneida está escrita en hexámetros dactílicos, el verso de la épica griega y de la latina. Virgilio lo llevó a la perfección: nunca, ni antes ni después de él, tuvo lugar, en la literatura latina, una correspondencia más precisa entre contenido y expresión rítmica.

2.1.3.8. Pervivencia de la obra.

           La Eneida tendrá un eco fundamental en la obra de Dante, autor medieval que constituye la más estrecha conexión medieval entre su época y la cultura grecolatina. Su obra es una síntesis de la Roma antigua y de la Europa de su tiempo. Fue el creador de la lengua italiana e inauguró la literatura de su país.

           El tema de la Divina Comedia es una visita al mundo de ultratumba, tema ya tratado en la Odisea y en la Eneida, cuyo autor, Virgilio, sirve de guía a Dante a través del infierno y del purgatorio. Para Dante, Virgilio era el poeta-puente entre el paganismo y el cristianismo. Gozaba de la reputación de haber sido un precursor del cristianismo y de haber profetizado el nacimiento de Cristo. Los primeros Padres de la Iglesia, influidos por la Eneida, se sirvieron de ella para sus predicaciones. La fama de Virgilio en la Edad Media fue enorme.

           Aunque todas las epopeyas del Renacimiento están impregnadas de la cultura clásica, sólo dos de ellas contienen un asunto clásico y son imitaciones de la epopeya clásica: la Teseida, que comprende el mismo número de libros y de versos que la Eneida, y la Francíada, de Ronsard, que pretende ser un calco fiel de la Eneida: lo mismo que el troyano Eneas había llegado a Italia y fundado Roma, el troyano Francus había fundado París y echado sus cimientos en Francia, tras muchas aventuras y batallas que son transposición de los episodios bélicos de la Eneida.

          A lo largo de los siglos XVI y XVII, autores como Camoens, Alonso de Ercilla, Torcuato Tasso o Milton continuarán escribiendo epopeyas novelescas impregnadas de influencias clásicas y de elementos grecorromanos.

 

          3. Poesía épica del primer Imperio.

           La epopeya histórica nacional y la mitológico-heroica, que en la Eneida se confunden entre sí, se separan de nuevo en la época temprana del Imperio. El Bellum civile, o Farsalia, de Lucano constituye una epopeya histórica de radical modernidad, que rompe los moldes de la tradición.

 

           3.1. LUCANO: LA FARSALIA.

3.1.1. Biografía.

           La vida y la obra del poeta están indisolublemente unidas. Nació en Córdoba en el año 39. Se educó en Roma y, como sobrino de Séneca, perteneció primeramente al círculo de amigos de Nerón. Pero muy pronto, debido a las rivalidades literarias con el emperador, llegó la ruptura con éste. Lucano se unió a círculos de la oposición y el año 65 tomó parte en la conjuración de Pisón contra Nerón. Esta evolución se refleja en su poema épico. Mientras que los libros 1 al 3, publicados hacia 62 ó 63, atacan simplemente a la persona de César, en los posteriores es la monarquía misma el blanco de sus violentas diatribas. Tras el descubrimiento de la conspiración contra Nerón, Lucano se vio obligado a darse muerte.

           3.1.2. Producción literaria.

           A la edad de sólo veintiséis años dejaba una obra considerable (Iliaca, Saturnalia, Catachthonion, Silvas, una tragedia, Medea, 14 libretos de pantomimas-ballets, etc.), de la que sólo nos queda su epopeya en 10 libros sobre La guerra civil entre César y Pompeyo (Bellum civile), o Farsalia. Pero basta para conservar su gloria.

           3.1.3. La Fasalia.

           3.1.3.1. Temática.

           En el Bellum civile de Lucano la poesía épica se ocupa una vez más de la historia romana actual: la guerra civil entre César y Pompeyo.

           Cuando Lucano comenzó a componer esta obra, hacia el año 60 d.C., dicha guerra había concluido hacía ya más de cien años, pero había significado el cambio histórico decisivo hacia la Monarquía. Esta nueva forma de gobierno se encontraba firmemente asentada, aunque no contaba con la plena aceptación de algunas partes de la aristocracia. Sin embargo, la mentalidad republicana y la nostalgia por el antiguo Estado romano libre estaban aún vivas. En este marco se compuso el Bellum civile, en el que se ponen de manifiesto todos los resentimientos contra el nuevo sistema de gobierno. A partir del libro 4 no cesa de exaltar a los pompeyanos y de añorar la libertad republicana.

           La guerra civil es considerada como un acontecimiento decisivo para el momento presente de la historia de Roma. El resultado de la batalla de Farsalia determina el futuro de Roma y supone el comienzo del conflicto entre la libertad y el emperador.

           3.1.3.2. Estructura.

           El Bellum civile está estructurado en grupos de cuatro libros cada uno.

           Los libros 1 al 4 abarcan los sucesos del primer año de hostilidades: la entrada de César en Italia y la retirada de Pompeyo a Grecia (1-2); la estancia de César en Roma y la batalla naval de Massilia (3); la capitulación de los ejércitos pompeyanos en España y de las derrotas de los cesarianos en la costa dalmatina y en África (4).

           Si el resultado final de la contienda todavía es incierto en los cuatro primeros libros, los siguientes (5 al 8) nos muestran el giro de la guerra favorable a César. Los libros 5 y 6 contienen las luchas en torno a Dirraquio, además de dos episodios dramáticos que preludian la batalla de Farsalia: el interrogatorio del oráculo de Delfos por Apio y el de la hechicera de Tesalia por Sexto Pompeyo. En el libro 7 se describe la batalla de Farsalia y la victoria de César sobre Pompeyo, y en el 8 la huida de éste a Egipto y su asesinato.

           En el libro 9 se presenta a Catón el Joven como nuevo contrincante de César, y se describe su heroica marcha a través del desierto de Libia. César se establece en Egipto. Finalmente, en el libro 10 Cleopatra lo seduce y se describe la sublevación contra César en Alejandría. En plena descripción de este alzamiento se interrumpe la obra.

            La estructuración de los libros precedentes indica que también la tercera parte de la obra estaba planeada en otros cuatro libros, en los que habían de describirse la campaña de África, el suicidio de Catón, el asesinato de César y, tal vez la batalla de Filipos, en la que murieron los asesinos del dictador, Casio y Bruto. En este caso la obra estaría concebida como dos grupos de cuatro libros cada uno dedicados a la lucha contra Pompeyo, y otros tantos sobre las enconadas pugnas contra los restos del bando republicano.

            3.1.3.3. Forma.

            Lucano creó un poema épico moderno que se aparta conscientemente de la visión mitológica del mundo propia de la épica tradicional. Así, entraba en contradicción con sus contemporáneos, fanáticos admiradores de Virgilio, que sólo concebían la epopeya como algo mitológico y legendario.

           Tenía el sentido de la historia, como lo evidencia su admirable descripción de las causas morales y sociales de la guerra civil. Ello le obliga a que su poesía sea a veces prosaica, de manera que se le reprochaba el ser un “historiador” en verso.

           Además, participa de la curiosidad científica de su tiempo y refleja la cosmovisión filosófica y científica de esa época. Así, encontró en toda clase de conocimientos nuevas fuentes para su poesía. Primero la geografía y la etnografía: el poema ofrece numerosas digresiones tanto geográfico-científicas como etnográficas, que llevan al lector por todos los lugares del Mediterráneo. La más famosa es la descripción de las crecidas del Nilo que ameniza la conversación mantenida durante el banquete que Cleopatra ofrece a César.

           Pero la novedad más importante consiste en la eliminación de la intervención de los dioses en las acciones humanas, como venía siendo tradicional, y su sustitución por la del hado (fatum), la Fortuna y los dioses con un enfoque filosófico. Se añade la singularidad de que la providencia divina es considerada maligna, pues se pone del lado del opresor, no del hombre noble. Esta concepción de un destino radicalmente perverso contrasta negativamente con la imagen positiva de la historia presentada por Virgilio.

           En su obra integra todas aquellas manifestaciones de lo sobrenatural en que creían los contemporáneos, tales como apariciones en sueños, prodigios, astrología, magia y necromancia.

           Por último, la fisiología y la historia natural dan amplia materia a Lucano: detacan las descripciones de la sed, el hambre, las serpientes venenosas del desierto libio.

           Sin embargo, utiliza estas ciencias más como poeta que como sabio.

           3.1.3.4. Personajes.

           Uno de los medios de que se sirve para convertir la historia en épica es pintar con energía la grandeza de los personajes, que se presentan como seres excepcionales.

           Desde un principio, no siente simpatía hacia César, que es pintado como un tirano. Pompeyo es presentado como una figura trágica llena de noble resignación. Catón será el personaje sobrehumano, símbolo de todas las antiguas virtudes romanas, de la libertad que termina, del estoicismo tradicional romano, de la negación radical de todo lo que representa César. Es el patriota que defiende denodadamente la libertad de la república.

            3.1.3.5. Estilo.

            Otro de los recursos que utiliza para crear una epopeya es dar a la narración misma un tono épico. Es característica de Lucano la amplificación retórica de descripciones, que constituían una de las formas de amenizar las historias. También se complace en las exageraciones. La intercalación de un buen número de pasajes que dan entrada a lo irracional (sueños de Pompeyo, consulta al oráculo de Delfos, necromancia por Sexto Pompeyo) producen un efecto impactante.

            Por otra parte, el poeta interviene constantemente en la narración con preguntas airadas y efusivas, con exclamaciones, invocaciones y vehementes interpelaciones. Con este recurso consigue dar calor a la epopeya en los momentos patéticos.

           Con todo, su retórica, pese a la brillantez y fuerza, llega a producir una sensación de monotonía.

           Su lengua es muy compleja, irregular y efectista.

           Su estilo anuncia, en suma, la estética “barroca” que caracterizó al nuevo clasicismo.